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Una proclama por la libertad

  • Prensa

El pasado jueves 22 de noviembre asistimos al retorno a la arena política del Licenciado Fitzgerald Cantero.

Como él mismo lo expresó en su discurso, no fue una decisión fácil y muchas cosas hubo que ponderar.  Pero primó la responsabilidad republicana, el compromiso del “sabremos cumplir” que recoge nuestro himno nacional.

Es que el Uruguay necesita el esfuerzo y compromiso de todos nosotros, necesita que dejemos “el alma en la cancha”, como decía el Presidente Jorge Batlle, pera cambiar el rumbo de éste hermoso país, tan mal gestionado.  Un rumbo que hoy en día nos está llevando aceleradamente hacia un profundo abismo.

Como bien dijo Fitzgerald, tenemos un gobierno que se ha adueñado de las instituciones y que las usa para sí, a fin de satisfacer mezquinas necesidades electorales de corte personalista.

Así vimos a la “emperatriz” Carolina Cosse, haciendo el lanzamiento de su campaña presidencial durante la inauguración del Antel Arena, así veremos durante los próximos meses a Daniel Martínez haciendo campaña a cuestas del bolsillo de todos los contribuyentes, ya que, siendo precandidato, ya anunció que no renunciará a su cargo como Intendente de Montevideo.

Tenemos un gobierno que ha dilapidado las mejores tradiciones del Uruguay batllista: la seguridad, la educación, el empleo.  Un gobierno que ha dejado fundir empresas señeras del país, llegando a destruir una empresa pública petrolera y monopólica (como ANCAP), lo que en palabras del propio Fitzgerald es como “chocar el gusano loco”.

Como uruguayos de bien, no merecemos este gobierno.  Queremos un cambio en la gestión política del país.  Y la palabra política adquiere hoy mayor relevancia que nunca.

Es la política lo que diferencia un país pujante y en desarrollo, de otro en crisis estructural.  Y sino miremos hacia Venezuela, un país petrolero, de grandes recursos naturales, logísticamente bien ubicado, destruido por una dictadura de izquierda que el gobierno del Frente Amplio se niega a condenar.

Es porque queremos un cambio político en el Uruguay que tenemos que respaldar a Fitzgerald en su decisión.  Al igual que él, tenemos que comprometernos con un cambio impostergable.  Para que nuestros hijos y nietos no tengan su esperanza en el aeropuerto de Carrasco, para que podamos circular libres a toda hora por nuestras calles sin sentir miedo, para apostar a una educación pública de calidad que nos vuelva a poner entre los mejores del mundo en la materia.

Por todo ello es que tenemos que comprometernos con éste cambio.  Invitando a Fitzgerald a nuestros barrios, a nuestros hogares.  Recorriendo junto a él todo Montevideo, escuchando, denunciando, proponiendo.  Ese es nuestro compromiso ético, moral y republicano.

Todos juntos podemos y contamos contigo para ello.

¡Vamos a Más!

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