La inversión pública en pos de la suficiencia energética de Uruguay ha sido objeto de duros cuestionamientos, hasta el límite de considerarlo un «despilfarro» por parte de opositores hacia quienes tomaron cada medida: el gasoducto del Río de la Plata por partidos tradicionales, la planta de ciclo combinado en San José o la regasificadora que alentó el expresidente José Mujica a impulsos del mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, son ejemplos claros.
Cabe recordar que, en materia de energía, hubo un pacto interpartidario para garantizar aprovisionamiento con aerogeneradores por el cual, para captar inversiones europeas, se aceptó el compromiso de abonar toda la energía generada, aunque no fuera consumida.
El director Nacional de Energía, el colorado Fitzgerald Cantero, justifica hoy ante Forbes Uruguay esos contratos firmados hace una década por UTE bajo gobiernos del Frente Amplio, que ampliaron la factura del país, porque tal seguridad de pago captó el triple de las inversiones buscadas, dejando a Uruguay con un nivel de energía renovable (97%) sobre los sueños de Europa. La segunda transición energética en curso aspira, sobre esa base, a exportar H2 al Viejo Mundo.
Vuelta al carbón
El planeta está 1,15 grados sobre la era preindustrial (1750) cuando en la década 2011-2020 estuvo en un promedio de 1,09. La coalición científica global pide contener ese avance antes de 1,5 grados para no sufrir efectos irremediables que comprometan la vida de los humanos.
El secretario general de ONU, António Guterres, cree que las energías renovables son «el único camino creíble», según dijo en enero ante la asamblea de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena, por sus siglas en inglés), organismo que presidió el director Cantero por Uruguay en octubre de 2022.
La meta mundial es que para 2030 hayamos saltado del 30% al 60% de energías renovables. «Es factible, pero la geopolítica mundial muestra una realidad de respuesta negativa», expresó Cantero.
«Todos hablamos de hidrógeno verde, pero países centrales vuelven a generar energía con carbón», dijo.
Depender de agua o viento
Las sequías ponen en riesgo la matriz hidroeléctrica uruguaya. Se recurrió este verano al fuel-oil y para la segunda semana de febrero se está importando desde Brasil 25% del consumo local. Centrales térmicas oscilan el MW de 60 a 100 dólares y la planta de ciclo combinado llega a 200.
El lunes 6 la represa de Rincón del Bonete sobre el río Negro estaba seis metros bajo su cota, la de Salto Grande en el río Uruguay con baja producción y los aerogeneradores producían al 1%. En un futuro más caliente no se sabe si se podrá descansar en la intermitente energía eólica.
“La clave de las renovables es la intermitencia. Por la sequía tan pronunciada recurrimos al respaldo térmico, por lo bajo del hidráulico. Esos recursos están si tenés viento, sol o agua. Hay que enfrentarlo con más generación propia (autoconsumo) y almacenamiento. Las baterías siguen caras y almacenar agua es muy costoso. En la noche hay mucho viento para una demanda menor y lo que no se consume se pierde”, a lo que se suma que, por el convenio realizado, se debe pagar igual.
Eso costó US$ 130 millones en 5 años, pero los últimos 2 lo demandó Brasil y Argentina. De todas maneras, Cantero destacó que el acuerdo multipartidario estableció que este era el camino para pasar de 350 a 500 MW/h. «Se puso el triple. En el momento fue lo que estuvo a mano en materia de recursos tecnológicos. De un ángulo meramente económico, UTE se ha encorsetado con unos costos de producción a los que se ató pagando contratos a largo plazo, cuando hoy alguien pone un parque eólico a mucho menor costo que hace una década», razón que tuvo aquel incentivo.
Energía del sol
En la Dirección Nacional de Energía analizan los planes de expansión. «Tenemos nuestros números, UTE tiene los suyos y también la Administración del Mercado Eléctrico. Hay algunas diferencias sobre si surgirá más temprano o más tarde la necesidad de instalar la nueva generación. Va de 2026 a 2028 y 2030, según lo demanden emprendimientos electrointensivos», puntualizó.
Desde el Ministerio de Industria se pretende «llegar a una visión» para licitar obras con 2 o 3 años de antelación y decidir si se usarán las mismas condiciones, contratos y cuál generación. «Hay coincidencia de todos que será más energía fotovoltaica que eólica. Bajaron sus costos pero hubo un saltito ahora cual luz amarilla. Ser eficiente retrasa la necesidad de inversión».
Sistemas aislados fijos en empresas
Las autoridades del sistema eléctrico no impedirán poner paneles solares u otras fuentes renovables por parte de empresas que serían autónomas, ya que no estarían atadas a la red de UTE. Cantero aclaró que «no se impide, pero necesita respaldo propio», almacenamiento -por si faltara sol o viento- para seguir funcionando. Por lo tanto, si bien es un sistema aislado, debe estar conectado igual.
El director cita el caso del hotel Cerro Místico en Lavalleja, uno de los ganadores del premio de Eficiencia Energética: «Los fuimos a visitar y están desconectados de la red, gracias a un pequeño molino y paneles fotovoltaicos no dependen» de la eléctrica estatal. Para «operativas más complejas de inyectar esa energía a la red deben estar conectados a UTE y pagarle peaje», explicó.
Incentivos a privados en electromovilidad
La electromovilidad es otro sistema aislado, si bien se requiere una mejora en la infraestructura actual con una red de recargadores para autos. «En vía pública es vital y debemos hacer una apuesta grande», plantea Canero a Forbes Uruguay.
En ese sentido, el director estima 150 recargadores cada 50 km, en su «mayoría en estaciones de servicio», según el mapa online de UTE, que especifica “qué tipo de cargador hay y cuál es su potencia. El desafío es que 140 son de carga lenta”, admite.
La autonomía del vehículo entre paradas y la velocidad del cargador condicionan. El reto es tener la «mayor red de carga rápida». A fin del período «aspiramos (a que haya) rápidos al menos a 200 km, más los 140 lentos».
UTE los coloca y estimula a privados –puede ser un shopping- para que realice la inversión y también los ponga. «En 2022 lanzamos el reglamento de carga y patronizamos los cargadores públicos», al menos de norma europea. Habrá incentivo económico a privados “con cargadores rápidos, exonerando la potencia y cargos fijos a 2025”, adelantó.
Nueva matriz energética y precios
El cambio de la matriz energética actual a la planificada afecta no solo en la provisión sino en equipos o vehículos a comprar o incluso en la ubicación de las empresas. También impacta en el precio de la energía y electricidad al público. Cantero cree que, con «más renovables y almacenamiento, dependés menos de combustibles (fuel oil o gasoil) y habrá mejor impacto».
Para el consumidor final «pasar a la movilidad eléctrica significa un ahorro económico fundamental. Su gran ventaja es el costo. Queremos desde ya que el precio al consumidor baje, aunque los ajustes fueron por abajo de la inflación. Hay (tarifas) doble horario que implican una clara reducción. Hay un costo de red por estar de acuerdo en que en Bella Unión paguen lo mismo que Pocitos. Con las renovables bajarán costos cuando UTE culmine los contratos (eólicos) a largo plazo, que la encorsetaron en valores del momento en que se hicieron los mismos», algo que ocurrió hace una década.
El director fue consultado por Forbes Uruguay sobre la viabilidad de transparentar el costo del kilovatio, como se hace con el precio de paridad del crudo, sin incluir las transferencias de UTE al Estado. Opinó en su “concepción liberal” que cuanto más transparente todo es mejor. “Los números están. Quizás haya que hacer más difusión de los mismos. Se puede revisarlos porque ya están ahí”, dijo.
Ancap no deja fósiles
En el gobierno no hay consenso sobre el abandono del crudo o gas en 2050 y se ojea lo que hacen los grandes. Varias autoridades uruguayas del área energética plantean a Forbes Uruguay firme desconfianza sobre el cumplimiento de ese plazo para la descarbonización y una emisión cero. Sobre si el petróleo excederá 2050, el entrevistado fue contundente al decir: «No tengo duda».
Cantero defiende que «el gas natural es el que menos contamina entre los fósiles. Sin duda que se continuará usando» tras 2050. «Nuestra meta es carbono neutralidad; no dejar de usar». Por tanto, explicó, el objetivo es seguir emitiendo CO2, pero en menor medida, “mitigando en industria (más de 30%) y transporte (más de 60%). En ese sentido, el jerarca aseguró que países centrales van al G20 o COP pero luego producen con carbón. ”No nos hagamos trampas», pidió.
Ante la estrategia de Ancap de seguir buscando crudo en la plataforma marítima, mientras el gobierno firma compromisos ambientales internacionales, el director reafirma que, tras la mitad de este siglo, aún «habrá petróleo y gas. Estoy convencido que se seguirá explotando», expresó. Si llega a hallarlo, Uruguay extraerá y producirá petróleo pues «el mundo lo seguirá haciendo».
Metas del bono verde
Medidas dilatorias de las petroleras para dar tiempo a la amortización de sus inversiones son imitadas por el ente estatal, pudiendo afectar la meta de cortar a la mitad nuestras emisiones de CO2 de 1990, como fijó el bono verde emitido por el Ministerio de Economía. Incumplirlo entre 2027 y 2034 costaría US$ 4,5 millones más anuales.
El director Nacional de Energía descarta que «nos convirtamos en minipetroleros a corto plazo y esos compromisos de metas de los bonos verdes hay que cumplirlos por otro lado, con la descarbonización de transporte e industria».
El aporte de CO2 de Uruguay al mundo «es insignificante y lo estamos mitigando. La estrategia de Ancap está en línea con nuestra estrategia en el Ministerio de Industria. No puedo hablar por el Ministerio de Medio Ambiente», expresó.
Cantero desearía probar también la geotermia en base a agua muy caliente en áreas termales o el Acuífero Raigón, pero se carece de financiamiento. Concluye estar «convencido de la carbono neutralidad como meta de 2050 y no a renunciar a energéticos disponibles». «Por ser ambiental no propongo apagones y uso fuel oil ante sequías», afirmó.
Publicado en Forbes UY