El viernes 26 de octubre, renuncié a mi cargo de director del Banco de Seguros del Estado.
Fueron 39 meses de gestión. La misma me permitió ejercer el rol de contralor, pero también el de generar propuestas.
También pude observar el funcionamiento de la empresa por dentro.
Una cosa es la teoría, verla de afuera y otra muy distinta es estar en las cuestiones del día a día. Los manuales pueden ser muy sabios, pero hay que bajar al terreno y poner las teorías en práctica. Son muy interesantes y marcan determinados rumbos las corrientes académicas, pero la idoneidad para alcanzarse debe ir acompañada de trabajo de campo.
Por eso eché pie a tierra, visité todas las sucursales y agencias del Banco (las únicas excepciones fueron la Sucursal Artigas y las agencias Vichadero y Sarandí del Yí).
Mantuve encuentros con las distintas gremiales de corredores y también con algunos clientes.
Mi despacho siempre estuvo de puertas abiertas para atender todas las inquietudes que se necesitaran plantear. Provinieran de cualquier parte.
A mi bagaje intelectual y teórico le incorporé el contacto directo con la gestión.
Reafirmé mi convicción de que las empresas públicas deben ser como el Banco de Seguros, esto es, competitivas y líderes.
También estoy convencido del aporte de la visión política de los directorios de las empresas públicas. Directorios con criterios empresariales y técnicos, pero con una visión global y estratégica. Y con el control político en tanto representantes de los uruguayos.
Por eso creo que es equivocada la decisión del presidente de la República de no reponer las vacantes generadas. Si es esa su posición, porque públicamente no lo he escuchado referirse al asunto.
Pero también es perjudicial para las propias empresas, pues la mirada externa sobre procesos y estrategias, permite aportar a la gestión de manera fundamental.
En tiempos en que el gobierno y el partido de gobierno están tan nerviosos por el triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil y alertan sobre un efecto contagio anti sistema en nuestro país, ¿qué mejor señal de salud política que la oposición siga representada en todos los organismos estatales?
Es bueno para el país, es bueno para el sistema político y lo es para las propias empresas, al tener sus directorios integrados y con una visión 360 de la realidad.