Siempre es una mala noticia que alguien que ha resuelto dedicarse a la política abandone la actividad. Sea del partido que sea.
El caso fugaz de Tavi tiene el agravante que esto ocurre menos de 5 meses después de haber asumido el gobierno, siendo, nuestro partido, el socio principal de la coalición multicolor.
No se trata de una estrepitosa derrota electoral que le tiran a uno los ánimos al suelo, por más que su candidatura presidencial se situó como la segunda peor votada en la historia del coloradismo. Se trata de un período en el que tenemos la responsabilidad de gobernar junto con los otros partidos con los que nos coaligamos.
No voy a desarrollar un análisis de por qué creo que se llegó a esta decisión. Mi profesión de politólogo me tira y claramente tengo opinión al respecto, al punto que lo sucedido era esperado por mi parte, cuento con testigos calificados de mis proyecciones.
Con nuestra agrupación no acompañamos su precandidatura para la elección interna. Al contrario, luego que el Presidente Sanguinetti, en una titánica decisión, resolviera, el 1 de marzo de 2019, asumir la responsabilidad de ser precandidato a la interna siguiente, les propuse a nuestros seguidores, apoyar su candidatura.
Por esto no me corresponde opinar sobre los elementos que desencadenan la decisión de Talvi.
Pero lo que sí debemos considerar, en tanto colorados, es el ahora en más.
A los correligionarios de Ciudadanos, que por estas horas están administrando la noticia, nuestro cálido abrazo y nuestra disposición a seguir trabajando juntos para fortalecer al partido y a nuestro gobierno.
Cuando comenzamos la militancia en el Partido Colorado -hace 22 años en mi caso- una de las primeras máximas que aprendemos y grabamos a fuego, es que primero está la República y tenemos allí en Joaquín Suárez el ejemplo de vida que nos guía, y cuando decimos República, nos referimos a la vida de todos los habitantes de nuestro territorio; después está el Partido, herramienta de transformación permanente y cimiento de la democracia; después están los sectores, que le dan vida al Partido; y por último las personas, cada uno de nosotros.
Por eso más importante que nosotros son los sectores, el Partido y mucho más el país.
Ese mandato histórico que tenemos, nos lleva a pasar rápidamente del lamento por la decisión personal, a redoblar el esfuerzo para cumplir con los compromisos asumidos.
Trabajamos incansablemente en los 15 años que gobernó el Frente Amplio, para cambiar la realidad que se iba deteriorando en diversos aspectos.
Dimos nuestros máximos esfuerzos para recuperar el gobierno el año pasado. Firmamos un compromiso para gobernar estos cinco años y debemos honrar esa obligación.
El país está en situación muy comprometida, lamentablemente el Frente Amplio, nos traspasó un gobierno con notas bajas en temas neurálgicos de la vida cotidiana.
No es casualidad que los sondeos recojan que el principal problema de los uruguayos hoy es la economía.
Heredamos un déficit fiscal del 5% del producto bruto interno. A esa dificultad cierta, se nos agrega una pandemia que ha puesto en jaque hasta a las naciones más poderosas.
Se está haciendo un despliegue enorme para combatir la delincuencia desmadrada en los últimos años.
No menos importante es el esfuerzo en el sistema educativo, alicaído también y con el desafío actual de la pandemia.
En definitiva, la ciudadanía decidió darnos la responsabilidad de mejorar su calidad de vida.
Ese es el compromiso mayor, ese el objetivo de nuestras labores diarias.
Siempre esos grandes intereses estarán por encima de las decisiones personales.
Por eso nuestro partido seguirá trabajando incansablemente para aportar a las soluciones de la vida cotidiana de los habitantes de nuestra República.